Superando las adicciones

Por Sara Fernández Liaño

¿Por qué nos hacemos adictos a determinadas sustancias? Existen componentes que, al consumirlos, generan adicción. Eso significa que, al dejar de tomarlos, experimentaremos un malestar. La dependencia de una sustancia hace referencia a la necesidad de consumirla periódicamente para sentirse bien. La tolerancia implica la necesidad de consumir más cantidad de la misma, en un mismo periodo de tiempo, para conseguir los mismos efectos. Por último, el síndrome de abstinencia, es un cuadro clínico en el que se disparan una serie de síntomas nocivos para el organismo cuando se deja de consumir esa sustancia.

Existe una base puramente biológica que explica todo lo que pasa en nuestro cuerpo cuando tomamos sustancias que crean adicción. Los mecanismos de acción son diversos y complejos, por ejemplo, y simplificando mucho, se conoce que ciertas drogas muy adictivas generan un pico de Dopamina en los Centros Cerebrales del Placer, que provoca una sensación agradable al consumirla y hace que queramos repetir. El organismo busca equilibrar sus neurotransmisores para acoplar esa nueva sustancia cuando llega al cerebro. De tal manera que, con el tiempo, se necesita más dosis para conseguir efectos similares, y por otro lado al faltar, comienza a enviar señales de malestar y necesidad por que aparece un desajuste.

A esta base biológica de la adicción, se le añade un elemento psicológico que afecta también a las personas que son dependientes. En la mayoría de los casos graves de adicción, es necesario tratar ambos simultáneamente para conseguir una recuperación completa.

En la actualidad, además de la adicción a sustancia, también se habla de comportamientos adictivos, éstos son conductas que crean una necesidad patológica. Por ejemplo, en el último Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) se incluye el juego patológico dentro de los “Trastornos relacionados con Sustancias y Trastornos Adictivos”. Hoy en día, podemos comprobar como muchas tecnologías están creando una verdadera necesidad en la población que, en muchas ocasiones, recuerdan a una verdadera adicción, como por ejemplo, el caso de los teléfonos móviles.

Este tipo de comportamientos provocan en las sustancias del cerebro la misma reacción química que las sustancias adictivas. Cuando usas el teléfono móvil, o juegas en una máquina tragaperras, se dan picos de Dopamina en los espacios intersinápticos de las neuronas y crean la necesidad de seguir repitiendo la conducta.

¿Qué cosas podemos hacer para superar una adicción?

  • El primer paso para combatir una adicción es conseguir ser consciente de que se tiene un problema. En la mayoría de los casos, este es un cambio de pensamiento muy difícil de aceptar. Sin embargo, avanzar sin tener clara la idea y el objetivo de dejar de consumir hace que el proceso sea mucho más complicado. A veces es el miedo a que pase algo (padecer un cáncer, accidente de tráfico, etc.) o las ganas de sentirse bien las que consiguen ese cambio de mentalidad.
  • Una vez sabemos que tenemos un problema adictivo lo más aconsejable, siempre, es acudir a nuestro centro de salud y hablar con nuestro médico de atención primaria. Él sabrá asesorarte sobre la medicación y los lugares a donde puedes acudir para recibir ayuda profesional. Como tratamientos farmacológicos lo que se utiliza habitualmente son sobre todo ansiolíticos, que ayudan a que ese malestar por el síndrome de abstinencia sea menor y más fácil de controlar.
  • Para comprender mejor lo que está pasando en nuestro organismo es importante buscar información sobre los efectos de las drogas y entender de qué manera actúan, tanto a nivel físico como psicológico. Para eso existen modelos, como el Modelo Transteórico de Prochaska y Diclemente, que pueden ayudarnos a darle un sentido a todo el proceso.
  • Aprender habilidades para poder enfrentarse a las situaciones conflictivas de consumo es fundamental a la hora de abandonar una adicción.
  • El control de estímulos en fases muy tempranas del abandono puede ser muy útil. Por ejemplo, si no hay alcohol o tabaco en casa, o eliges un bar donde no haya máquinas para el juego, estarás proporcionando dificultades físicas para que esa conducta se realice.
  • Podemos conseguir reforzar la actitud de no consumir para encontrar recompensas fuera de esa adicción. Por ejemplo, guardar en un bote el dinero que me habría costado un paquete de tabaco, y después de varias semanas sin fumar, usarlo para comprar algo que se desee, o planear una salida al cine. A esta técnica se la denomina manejo de continencias.
  • Lo más difícil de una adicción es no consumir en las situaciones donde normalmente se consumía. Podemos llevar a cabo pequeños, llamémosle ensayos, donde te expones, adrede y de manera controlada, a esa situación ligada al consumo, pero sin caer en él. Poco a poco esa relación entre la situación y el consumir perderá fuerza y será más fácil conseguirlo de manera espontánea. Por ejemplo, si una situación típica fuera bajar al bar a tomarse una copa con los compañeros de trabajo, podemos ir a ese mismo bar, un día distinto y sin esos compañeros de trabajo, y pedirnos un refresco sin alcohol. Poco a poco, y siguiendo unos pasos estructurados, haríamos que la situación fuese más parecida a la real hasta conseguir que nuestra ansiedad por no consumir desaparezca. A esto se le llama Terapia de exposición a pistas o señales con prevención de respuesta.
  • Disponer de personas a tu lado, familia y amigos, que te ayuden y apoyen en la decisión de dejar el consumo es clave para triunfar en la batalla.
  • Una vez que hemos conseguido establecer unas pautas y no consumir, debemos tener en cuenta que a veces resulta más difícil mantener la abstinencia que el abandono en sí. No es extraño que se produzcan recaídas durante el proceso de desintoxicación. Eso no debe alarmarnos ni crear inseguridades. Simplemente hay que seguir el plan previsto, fijarse en las cosas positivas, analizar el porqué de esa recaída y llevar a cabo un programa de prevención.

Todas estas pautas y estrategias son muy intuitivas y lógicas. Sin embargo un problema de adicción siempre es algo grave. Lo más inteligente no es intentar conseguir superarlo uno solo, sino pedir ayuda a las personas más cercanas y si es necesario a un profesional que nos guie en la lucha.

Publicado por ailiapsicologia

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